Anoche soñé
Me di cuenta que soñaba porque a veces
Entre gritos de horror y una teoría incompleta
Se atravesaba el velo oscuro del sueño
Y la mala consciencia de saber que se duerme

Intenté viajar a aquel paraje en el que ya no era más
Y me perdí
Porque aquel lugar no existe

En el inconstante trasegar de mi memoria alucinada
Construía con fragmentos inconexos una casa
Una casa
Casa dorada y solitaria
Que ya nadie puede habitar
Con el cemento de mi alma unía sus ladrillos
Y fueron mis sonrisas su cal
El techo eran hojas macizas de tristeza
Y su única ventana un ojo tuerto que mira hacia adentro.